El verano pasó

Hay poco que contar de agosto, pues es el mes elegido por la mayoría para hacer un cambio de rutinas y descansar, como otros años hemos sido menos hortelanos en la urbe y por ende, en el huerto.

En el verano se acelera el ritmo del cultivo y la maduración de los frutos, por eso es tiempo de recolectar tomates, pimientos, melones, calabazas, cebollas, patatas, etc., es tiempo también, de revisar y controlar que algunas plantas no espiguen. Sin embargo, el granizo de primeros de julio, ha hecho que fuese más tarde la floración y el crecimiento de las especies que tuvimos que volver a plantar y no ha sido hasta finales de septiembre, cuando se ha empezado a recolectar los frutos de esta temporada.

A pesar de los inconvenientes temporales, la actividad ha continuado siendo alta, hemos trabajado mucho sin dar tregua al sol, no han faltado riegos semanales, se han puesto guías a las judías y apoyos a las matas de tomates !en fin! hay mucha labor en esta época del año.

Lástima no tener fotos en su inicio de las voluminosas hojas de las berenjenas que ornamentaban su espacio, sí hay de las sandías, que reptan como si fueran serpientes, del tamaño del maíz y el color de las judías que elevan nuestro ánimo a lo más alto. Es la recompensa al esfuerzo....



 



 Este año hemos triunfado con las sandías ¡Buenísimas!

 Aquí, dándonos un homenaje... ¡Uhmm!




Comenzado septiembre regresan unos y otros...

Arrancamos con ganas y dispuestos a celebrar con gusto un nuevo cumpleaños y van tres... 
¡¡FELICIDADES!!